lunes, 9 de diciembre de 2013

Resistencia duele

Escribo desde el dolor. 

Es lunes 9 de diciembre. Son las 21. Hay saqueos en toda Resistencia. Se escuchan tiros. Y ya se habla de muertos.

Los comercios del microcentro están tapiados como nunca. Los hiper y supermercados están custodiados por los pocos policías que están trabajando. Los apoyan algunos oficiales de Gendarmería y Policía Federal. Hay comerciantes armados en sus locales. La imagen es espectral. 

Los demás, los sublevados, están acuartelados en la Jefatura de Policía en una protesta inédita y brutal para esta provincia. Piden pasar de un básico de 1800 pesos a uno  de 12 mil a partir del 1 de enero de 2014. Piden que sus parientes tengan prioridad para ingresar a la fuerza. Piden viviendas, chalecos, armas. Y no ser sancionados por esto que están haciendo que es lisa y llanamente liberar la ciudad a la delincuencia. Sus principales voceros son Carina Chas y Ruben Duarte.

Se respira un aire espeso. De paranoia y furia. El mercadito de mi barrio, que tiene sus puertas abiertas hasta las 23, hoy estuvo todo el día con las rejas bajas tratando de pasar la mercadería entre los barrotes. Dos cuadras más allá, en diagonal al polideportivo Jaime Zapata, un grupo de muchachos, todos en cuero, juegan a tirar cohetes. Tienen entre 20 y 30 años, la mayoría.  Se da una discusión con un remisero que parece que recibió un cohetazo. Pero creo que sospecha que es otro grupo que quiere saquear el mercadito que está a 20 metros. El ambiente está así. Se agarran a las piñas con otros remiseros. Terminan a los cascotazos. Hay gritos. El grupo se dispersa.

El gobierno no habla. O habla muy poco. Durante este lunes, desde la prensa oficial no se emitió un solo comunicado sobre el tema. Ni uno. Hay órdenes de no hablar. Sólo salió en algunas radios el ministro de Gobierno, Marcos Verbeek, diciendo que no había saqueos, cuando ya se habían registrado al menos dos. También anticipó que sancionará a los sublevados. Poco más.

El vicegobernador a cargo de la gobernación, Juan Carlos Bacileff Ivanoff, reconocido por ser un tipo duro, de derecha, no apareció. No dijo absolutamente nada. Su silencio se transformó en un vacío angustiante. La negociación directa con los policías la lleva adelante el secretario de Seguridad, Marcelo Churín, el Jefe de Policía, Gustavo Peña y el diputado nacional, Juan Manuel Pedrini. El rumor es que se acordó 8.000 pesos en mano y la promesa de que no habrá represalias.

¿Cómo llegamos hasta acá? El efecto contagio en todo el país de la protesta policial en Córdoba y los saqueos que allí se produjeron no son la única explicación. En la provincia, como en la mayoría de jurisdicciones del país, la cana cobra poco y mal. Hay que mejorarles el sueldo, sin dudas. Pero dejar a la gente a la buena de Dios no es la forma. O mejor dicho: fue la peor.

¿Y los saqueadores? ¿De dónde salen? ¿Quiénes son? ¿Son los mismos? Se habla de bandas organizadas. Que andan en motos o en camionetas. Actúan en grupo, todos juntos, como pirañas. Roban plasmas, roban vino, roban sidra, roban notebooks. No roban comida.

Es claro que en los hechos de vandalismo hay personas dedicadas a delinquir que le resulta más sencillo hacerlo en banda que enfrentarse solos ante una víctima. Una piña en la oscuridad, se diría.

Pero a ellos, a los que viven del delito, también se les sumaron los ladrones de ocasión. Gente que nunca robó pero que al notar la indefensión de la víctima y ver que algunas cosas están ahí, a la mano, se preguntan: ¿Y por qué no? A ellos, a los que agarren, se les aplicará la figura penal de hurto calamitoso, que prevé penas de 1 a 6 años.

Ya es medianoche y estoy solo en casa. Mi gato juega con un bicho. La tele es parte del sonido ambiente. El teclado también. Hace tres horas que vengo de recorrer el centro y la zona sur de la ciudad. No comí. En un rato me voy a acostar.

Otra vez los tiros.


Ojalá pueda dormir. 

miércoles, 13 de noviembre de 2013

Alertan sobre terribles efectos que causan los agrotóxicos en animales domésticos


Un veterinario radicado en Las Breñas alertó sobre los reiterados casos de animales con malformaciones, parálisis y cegueras en la zona del sudoeste provincial. Algunos llegan tan intoxicados a su consultorio que terminan muriendo. Culpó al uso indiscriminado de agrotóxicos. 


Malformaciones, convulsiones, parálisis, ceguera y hasta la muerte. Estas son algunas de las consecuencias que se detectaron en animales domésticos en el sudoeste provincial, producto del uso indiscriminado que se hace de agrotóxicos como el glifosato y el endosulfán. Pidieron que las autoridades provinciales y municipales realicen mayores controles en la zona.

En diálogo con CHACO DIA POR DIA, el médico y magíster veterinario, Lionel Farias, recordó que en 2004, un año después de radicarse en Las Breñas junto a su familia proveniente de Buenos Aires, comenzó a detectar una serie de casos en los cuales se presentaban animales con signos de intoxicación pero cuya sintomatología le llamaba particularmente la atención.

"Desde los primeros días en Las Breñas se dieron casos comunes de intoxicaciones por el mal uso de productos utilizados comúnmente en el tratamiento de pulgas y garrapatas así como por el uso indiscriminado y sin criterio de antiparasitarios inyectables, pero se presentaban casos en los cuales el propietario de la mascota en cuestión relataba no haber utilizado químicos alguno para tal fin o q el animal haya estado en contacto con alguno. Éste fue el inicio de nuestro desconcierto y lo que nos lleva a tratar de descubrir el origen de estos casos, que indudablemente eran de intoxicación", indicó.

A partir de estos casos, Farias empezó a recopilar información. Así pudo constatar la gran cantidad de neoplasias, tumores, alteraciones hormonales y malformacionas que se presentaban en forma cada vez más creciente en los animales que trataba en su clínica.

"Lo primero que nos llamó la atención, fue que la mayoría de los animales domésticos presentaban sintomatologías graves después de haber consumido grasas animales y teniendo en cuenta lo antes mencionado comenzamos a atar cabos y juntar datos tales como que los animales habían andado en campos recientemente fumigados o que algún vecino utilizó agroquímicos como el glifosato para el control de yuyos en su casa", indicó.

Así, el primer caso de intoxicación con glifosato confirmado lo tuvo con un cocker spaniel de Charata el cual se presentó con ceguera, parálisis generalizada (movía únicamente la cabeza) e imposibilidad para la micción (orinar) y la defecación, "a tal punto que durante diez días tuvo que traer su mascota para ayudarlo a miccionar y defecar", comentó.

Farias recordó que al cocker se le realizaron placas radiográficas que no mostraban alteraciones óseas y los análisis clínicos mostraban intoxicación pero no podía determinar a ciencia cierta con qué se habían intoxicado hasta que su propietaria mencionó la existencia en su domicilio de envases almacenados de glifosato. "Días después se presento otro caso, también de Charata, de dos animales que habían tomado contacto con el mismo producto, al pisarlos después que limpiaron un recinto donde el glifosato se había derramado", recordó.

Labio leporino

El especialista, dedicado a atender junto a su esposa a animales de localidades como Charata, Pinedo, Gancedo, Berthet, entre otras, comentó además que el efecto de los agroquímicos se nota también en malformaciones que aparecen en los animales recién nacidos. "Uno de los casos más notorios fue el de una perra que en dos oportunidades dio camadas de cachorros con labio leporino, que es una malformación frecuente de este tipo de químicos (mencionado esto, en la literatura americana)", contó. En la última parición, la perra tuvo de diez cachorros, seis con labio leporino. Farias recordó que después de comentar con la dueña de la perra este extraño fenómeno, ella expresó: "Con razón en mi barrio hay tantos chicos con ese problema".

Una patología no muy rara en veterinaria son las llamadas piometras (enfermedad originada por una infección en el útero y acumulación de secreciones y pus en su interior) las cuales son producidas por varios factores pero en general tienen una base hormonal. Farias indicó que las características y gran cantidad de casos que se le presentan a diario es por demás llamativa "sobre todo teniendo en cuenta que muchos de los casos no tienen un factor predisponente previo". "En gatos, esta patología no es frecuente como en perros, no obstante tuvimos varios casos", sostuvo. 

Convulsiones

Uno de los últimos casos que tuvo que atender Farias fue el de un perro pitbull que no conseguía hacerlo dejar de convulsivar "ni poniéndolo en coma barbitúrico (ya que salía de éste con extrema rapidez)", graficó. "El dueño estaba convencido de que lo habían picado las abejas ya q había un gran número de estos insectos en el recipiente donde el animal bebía agua sin notar que el perro no tenía ni una sola lesión que caracteriza a la picadura de abejas y que ellas estaban muertas en el agua. Es de hacer notar que al lado del local del propietario existe una agroquímica y varios acopiadores con silos en donde es sabido, se utilizan agroquímicos para proteger los granos", contó el médico.


A estos casos, Farias les añadió dos más pertenecientes a la vecina Patricia Herrera, la cual llevó a su veterinaria dos perros con síntomas de intoxicación que fueron recuperados, pero un tercero que no pudieron encontrar a tiempo fue hallado muerto.

"Hemos intentado por todos los medios hacer conocer este tema sin que nadie, ni ninguna  entidad publica o privada nos prestara atención hasta ustedes", reconoció Farias. "A mi modesto entender, este es un problema que llevará tiempo solucionar, ya que existen muchos intereses de por medio y medidas de control ineficaces, ya que creo que vamos a una universidad, no para ser llamados doctor o ingeniero sino porque tenemos una obligación social, pero que podemos hacer cuando cualquiera puede, sin receta, comprar cualquier químico que le plazca", opinó.





Publicado el 13 de noviembre en CHACO DIA POR DIA

miércoles, 28 de agosto de 2013

Apretar a la Jueza

Marcos Verbeek, ministro de Gobierno del Chaco.
La jueza de Faltas de Barranqueras, Sandra Saidman, denunció penalmente al ministro de Gobierno del Chaco, Marcos Verbeek. Aseguró que el funcionario la llamó por teléfono y la amenazó con iniciarle juicio político por un fallo en el cual anuló detenciones ilegales realizadas en razzias policiales. Previa a la denuncia, Saidman notificó de esta situación al Superior Tribunal, al Consejo de la Magistratura y al Colegio y Consejo de Abogados de Resistencia.


A las diez menos diez del sábado pasado (24/08/13), la Jueza de Faltas de Barranqueras, Sandra Saidman recibió un llamado. Del otro lado de la línea se presentó un funcionario del gobierno provincial. La saludó y luego le comentó, de manera enérgica, que tanto el gobernador como su vice estaban muy molestos por una serie de fallos en los cuales declaró ilegal casi una veintena de detenciones realizadas en razzias policiales. A esta manifestación, le añadió una clara amenaza que la repitió dos veces, para que quede claro de que la cosa era seria: "Doctora, salga a los medios a solucionar esto o le voy a iniciar juicio político". El funcionario usó su teléfono personal para llamarla. Era el ministro de Gobierno, Marcos Verbeek.

Tras la advertencia, el ministro cortó la comunicación. Inmediatamente después, Saidman volvió a llamar al número en cuestión. Volvió a atenderla Verbeek. En esta oportunidad, le recomendó al ministro (quien también es abogado) que leyera la sentencia aludida, cuya copia ya había sido remitida a su ministerio. Y que ahí encontraría el fundamento de la decisión judicial. Verbeek volvió a cortar la comunicación.

Este relato forma parte de la denuncia penal que este miércoles (28/08/13) presentó Saidman ante la Mesa Informatizada del Ministerio Público Fiscal. Previamente, el martes por la mañana, la jueza remitió sendas notas comunicando los pormenores de este hecho al Superior Tribunal de Justicia, al Consejo de la Magistratura, como así también al Colegio y al Consejo de Abogados de Resistencia, quienes aún no se expidieron.

Que un ministro llame a una jueza para cuestionar sus fallos y amenazarla con iniciarle un jury de enjuiciamiento es grave. Más aún cuando se trata de un integrante del Consejo de la Magistratura, encargado de designar y remover jueces. Por otra parte, el hecho de apretar a una magistrada desde su celular particular (Saidman indicó que el teléfono terminaba en “448”, el mismo con el que a diario Verbeek atiende a la prensa) muestra a las claras la notable impunidad con que se manejó este integrante del gabinete provincial, sin que le pese en lo más mínimo la posibilidad de que se pueda comprobar fácilmente de dónde salió la controvertida llamada.

Sandra Saidman, vale remarcar, es reconocida dentro del fuero de la justicia local por ser una de las pocas juezas comprometidas de manera total con la protección de las víctimas de violencia de género, el respeto de los derechos individuales de las personas y el cumplimiento de las normativas ambientales. Su prestigio y honestidad es reconocido por juristas todo el país. Sin embargo, el gobierno provincial considera que sus pretensiones de respetar la Ley colisionan con la idea que tiene el Ejecutivo sobre la denominada Seguridad, entendida ésta como una suerte de carta blanca a la Policía para meter preso a cualquiera que tenga cara de delincuente.

¿Cuál fue la decisión que tanto molestó al Gobierno? El 5 de julio pasado, la jueza resolvió declarar nulas las detenciones de 17 personas que fueron apresadas en un procedimiento policial efectuado el 12 de julio de 2012, a las 20,30, en la cancha de fútbol del Barrio La Lomita. Esa noche, 10 pasaron 4 horas presos y los otros 7 estuvieron 14 horas detenidos.

El informe policial consignaba que ante un llamado por un supuesto “desorden” los policías fueron al lugar y “constataron la veracidad de lo informado”, observando la “presencia de una gran cantidad de personas, todos masculinos, quienes se encontraban aglomerados promoviendo desorden”. Después de ser “agredidos”, continua el informe, los policías detuvieron a todos los “desordenados” y les secuestraron tres botellas de cerveza y tres envoltorios “posiblemente” con marihuana por lo que se dio intervención al departamento de drogas peligrosas.

Saidman consideró que la detención de los 17 involucradosfue "una razzia, resultando tal proceder una medida desproporcionada y arbitraria, no existiendo razón alguna que pueda dar sustento a la misma". Entre los fundamentos de la medida, la jueza sostuvo que "el autor del informe policial no dio razones suficientes que validen la detención de los 17 involucrados, se limitó a calificar al hecho como un gran desorden y a calificar a las personas aprehendidas como "desordenadas"; tampoco en sede judicial aclaró en qué consistieron esos desórdenes". El autor del informe policial es ni más ni menos que el suboficial, Hugo Olivello, acusado de reiterados abusos policiales y detenciones arbitrarias. Entre ellas, la del reportero gráfico de El Diario de la Región, Gustavo Torres, en abril de 2010.

A partir de esta situación, y con este informe en su mano, Saidman evaluó que "no resulta posible reconstruir los hechos sucedidos el 12 de julio de 2012 a las 20,30 en la cancha del barrio La Lomita de modo claro y preciso, y menos aún la intervención que le cupo a cada uno de los 17 involucrados. Mejor aún, no hay posibilidad de construir una hipótesis de imputación".

Finalmente, expresó: "Hubo en el presente caso una actuación policial desproporcionada, no compatible en modo alguno con el desempeño de una fuerza policial democrática".

Como parte de las medidas resueltas, Saidman dio intervención al órgano de control institucional (OCI) de la Policía de la Provincia del Chaco, "a efectos de la sustanciación de las actuaciones administrativas que se estime corresponder", y también informó al Ministro de Gobierno, Justicia y Seguridad de la Provincia, Marcos Verbeek, "atento a que se declaran arbitrarias las detenciones de los 17 involucrados por habérselas llevado a cabo en un operativo policial de razzia)".

Al hacer esta recomendación, Saidman citó el caso Bulacio. El 19 de abril de 1991 Walter Bulacio, de 16 años, fue detenido arbitrariamente por la Policía Federal cuando intentaba ingresar a un estadio para presenciar un recital de rock en la ciudad de Buenos Aires. La aprehensión fue parte de una detención planificada y masiva de más de 70 personas (comúnmente conocida como "razzia"), entre ellas varios menores de edad.

El Centro de Estudios Legales y Sociales recuerda que en la comisaría 35ª, Walter fue sometido a malos tratos. Al día siguiente lo llevaron a un hospital, sin que sus padres ni un juez de menores hubieran sido notificados de su detención, violando así la normativa vigente. Las condiciones de detención y las prácticas violentas a las que fue sometido provocaron su muerte cinco días después. Ningún funcionario policial fue responsabilizado por la detención arbitraria, las violaciones a la integridad física y la muerte, que permanecen impunes.

El caso Bulacio llegó hasta la Corte Interamericana de Derechos Humanos, la cual calificó a las “razzias” como “incompatibles con el respeto a los derechos fundamentales, entre otros, de la presunción de inocencia, de la existencia de orden judicial para detener —salvo en hipótesis de flagrancia— y de la obligación de notificar a los encargados de los menores de edad”.

Esta calificación y otras consideraciones sobre los efectos de los abusos protagonizados por la policía, llevaron a la Corte a ordenar al Estado que suprimiera las normas y prácticas de cualquier naturaleza que pudieran entrañar una violación a las garantías previstas en la Convención Americana, y que desarrollara otras que procuren la observancia de tales garantías. La Corte también sentenció que deben modificarse las condiciones de detención de las personas en general, y de los menores de edad en particular. La urgencia de estas modificaciones respondía, según consideró la Corte, al deber del Estado de evitar, por todos los medios a su alcance, la reiteración de casos como el de Walter Bulacio.


miércoles, 3 de julio de 2013

El curioso caso del denunciador Sandoval*

Juan Carlos Sandoval, en su estudio.
(Juan Carlos Sandoval es conocido por haber sido quien empujó a la Jueza Lotero de Volman al borde del juicio político. La denunció 17 veces ante el Consejo de la Magistratura, órgano a través del cual el rozismo decidió suspenderla en diciembre de 2006. La medida generó el repudio de la sociedad chaqueña debido a la independencia que había mostrado la jueza a pesar de las presiones del poder político. La que sigue es una radiografía de un denunciador serial). 

“Estas que están acá son todas cajas con los expedientes contra la jueza Lotero de Volman”. Juan Carlos Sandoval, más conocido como el abogado que ametralló a denuncias a la titular del Juzgado Civil y Comercial Nº5, y que posibilitó su suspensión por 16 meses, muestra gruesos bloques de papeles que están apilados en lo que era la oficina de su colega, Juan Carlos Saife, cuando ambos compartían el estudio. Pero esto es el final de la entrevista.

Por Marcelo T. de Alvear al 400, en un estudio blindado por murallas hechas de libros de derecho, Sandoval pasa sus horas revisando expedientes, contestando oficios, buscando jurisprudencia y, sobre todo, leyendo diarios con lupa. Es que la última denuncia que presentó contra Lotero de Volman fue justamente luego de leer el 7 de marzo en un diario editado en el Chaco, que la magistrada había citado al gobernador, Jorge Capitanich, para que participe de una audiencia de conciliación por un juicio contra un sindicalista del Instituto de Colonización. Sandoval se relamió y consideró que esta convocatoria fue un claro abuso de poder por parte de la jueza debido a que el gobernador tiene inmunidad. El abogado, como en otras 16 oportunidades, la denunció.

CHACO DIA POR DIA: - ¿Tiene algo personal contra la Jueza Cynthia Lotero de Volman?

JUAN CARLOS SANDOVAL: - Yo tuve algo personal con ella. Tuve un caso con un cliente que ella me embargó la totalidad de los honorarios en todas las causas. Es una medida desconocida en el campo del derecho que a una persona le embarguen la totalidad de los bienes, que no le deje ni siquiera para vivir. Es lo mismo que si te embargaran la totalidad del sueldo. Yo tengo empleadas a cargo, gastos de libros, de mantenimiento, que son significativos. Lo que a uno se le embarga es un porcentaje porque tiene que tener una porción considerable para vivir. Ese fue el detonante. Esos excesos había que pararlos.

CDD: - Después de eso usted comenzó a recabar casos para empujarla al Jury.

JCS: - Como generalmente los juicios políticos necesitan más de una causa yo me encargué de buscar otras causas para presentar varias. No solamente un caso personal. Probablemente con un solo caso no la iban a someter a Jury. Yo me encargué de eso. También los colegas tenían mucha preocupación por los excesos que cometía. Por teléfono me informaban, tal caso, tal otro y yo tomaba nota y saqué fotocopias de todos los expedientes que analicé de punta a punta. Están en cajas que ustedes la pueden ver. ¿Quieren que se los muestre?

CDD:- Después de la entrevista. Ahora le pregunto, ¿por qué hay muchos abogados del fuero local que le tienen pánico a usted?

JCS: - ¿Pánico por qué? Yo soy un abogado que litiga en serio. No ando injuriando o descalificando a la gente. Yo lo estudio de acuerdo a los documentos que tengo a la vista. No saco notas en los diarios descalificando a la gente.

CDD: -Un caso particular que refleja el temor hacia usted es que la propia Lotero de Volman no encontró un solo abogado que quiera tomar su caso, principalmente por que estaba usted como querellante.

JCS: - No. Ella tuvo abogados. Además hasta ese momento, en el caso del Jury ella no lo necesitaba. El caso duró un año y ocho meses porque fue ella quien planteó cincuenta mil trabas procesales, chicanas, para demorar ir al plenario. No es que eso fue por culpa de los integrantes del Consejo de la Magistratura. Sino que ella iba y venía al STJ con distintos recursos, lo que iba demorando la solución final. Y la resolución que dieron fue realmente lamentable porque hubo algunos que la sometieron a juicio y después votaron favorablemente para el archivo de las causas cuando las mismas pruebas consideraron suficiente para someterla a juicio parece que después no sirvieron y ordenaron el archivo. Me extrañó y lamento la actitud de (el por ese entonces presidente del Consejo de la Magistratura y actual juez del STJ, Ricardo) Franco que de tener un voto descalificador contra la doctora Lotero de Volman en un momento, en otro y con los mismos argumentos, dijo que no había motivo para hacerle el juicio. No sé porque fue eso. Debería dar explicaciones.

CDD: -¿Cuántas denuncias presentó contra Lotero de Volman?

JCS: - Alrededor de 17.

CDD: - ¿En qué casos?

JCS: -Varios. En la Universidad, con el cambio de programas en la Facultad de Arquitectura, donde ella ordenó el cambio de programa violando la autonomía universitaria. Además no era la juez competente porque todo lo que se refiere a organismos federales el juez competente es la justicia federal. Los estudiantes de Arquitectura presentaron un amparo y cayó en el juzgado de la doctora Lotero de Volman. Ellos no querían el cambio del plan. Ordenó y produjo el alzamiento de todas las universidades del Norte. Radicaron una publicación en un diario local donde no estaban de acuerdo con la actitud que había adoptado la doctora Lotero de Volman. Eso siguió el trámite en la Cámara y después llegó a la Corte Suprema. La Corte dijo que había una irregularidad en el procedimiento y le recomendó al Superior Tribunal de Justicia (STJ) que tome las medidas del caso. Después en otro caso ella le ordenó al jefe de la Policía que deje sin efecto un pase a retiro de un integrante de la fuerza. Le dijeron que esas decisiones las toma el ministro de Gobierno, que está por encima del jefe de la Policía y por eso no podía dar curso a esa orden. Entonces le aplicaba multas y le embargó casi todo el sueldo. En definitiva al que tenía que intimar es al ministro de Gobierno. Así fueron varios casos, no le voy a contar todos.

CDD: - ¿Qué vinculación tiene usted con esas causas?

JCS:- Yo soy un denunciante. Cualquiera, de acuerdo a la normativa vigente, cualquier particular puede hacer una denuncia penal como la hice ahora con el tema de la citación del gobernador.

CDD: -¿Qué siente cuando hay una manifestación tan grande a favor de Lotero de Volman, como la que protagonizó varias veces el Foro por la Justicia Independiente? ¿No se pregunta si está obrando bien?

JCS: - Eso puede ser por un apoyo de tipo político que determinada gente se mueve porque probablemente hayan encontrado respuesta favorable en determinados fallos. Pero yo tengo la prueba documentada. Que se presenten innumerables manifestaciones no quiere decir que no sea responsable de los hechos que se le atribuyen. Lo mío está documentado.

CDD: - ¿Usted conoce a las organizaciones sociales que componen el Foro? ¿Qué opinión tiene de ellos?

JCS: - No, los conozco. De vista nomás. Los veo en la esquina del Superior Tribunal y ellos me dicen que yo estoy muy vinculado con el STJ pero ellos están confundidos. Yo estoy vinculado con la biblioteca del STJ. Ellos siempre me ven pasar por ahí pero yo me voy a leer y actualizarme casi todos los días ahí.

CDD: - ¿Niega cualquier relación con los jueces del Superior Tribunal, entonces?

JCS: -No, no tengo relación. Hablar, hablé con uno de ellos este año para mostrarle preocupación de algunos abogados de que se estaban creando muchos juzgados civiles y se producía un cuello de botella en la alzada. Entonces le pedíamos que se cree más Cámaras en lo Civil para descomprimir.

CDD:- Volviendo al tema Lotero de Volman, varios abogados que consulté me aseguraron que su última presentación, donde acusaba por abuso de autoridad a la jueza por citar al gobernador, no va a prosperar.

JCS:-Ella siempre se jacta que defiende la Constitución pero en reiteradas oportunidades la viola. En este caso lo cita al gobernador a una audiencia cuando el gobernador tiene inmunidad.

CDD:- Pero ella hizo luego una ampliación donde convocó a la audiencia al gobernador o a un representante del Ejecutivo.

JCS: -No sé. La cédula llegó y ella no puede citar al gobernador. Ella tiene que citar a alguien que represente al Estado y quien lo representa es el Fiscal de Estado. Eso es un abuso de autoridad. Ella que tanto alegó que no puede ser molestada resulta que ahora, que ella tanto defiende la Constitución, la contraviene. Lo cita y bajo apercibimiento de buscarlo con la fuerza pública. Es lamentable. No creo que haya un antecedente similar.

CDD:- ¿Usted está obsesionado con Lotero de Volman y con su destitución?

JCS:- Como no le ha puesto freno el Consejo de la Magistratura y como nadie dice nada, esta es la única forma de ponerle freno a los excesos que ella tiene. ¿Cómo se pone freno? A través de las denuncias de los particulares. Ella tiene que recapacitar y decir: “Esto no lo puedo hacer”.

CDD:-¿Por qué no hizo lo mismo con otros jueces?

JCS: -Porque otros jueces no tengo conocimiento que hayan incurrido en esas irregularidades. Yo me manejo en el Civil y Comercial y la mayoría andan bien, independientemente de las demoras.

ACCIDENTE Y FRAUDE
CDD: -Usted fue abogado en un caso donde tres mujeres murieron en un accidente de tránsito, hace ya veinte años. Fallecieron luego de que una ambulancia las embistió. Usted tuvo problemas con las familias de las víctimas incluso fue denunciado por estafa por haberse quedado con dinero de la indemnización que le pagó el Estado y que le correspondía a los damnificados. ¿Cómo arranca esta historia?

JCS:-Yo no los conocía a ellos. Ahora recién porque están queriendo arreglar el tema. El que tenía contacto con ellos era el doctor (Juan Carlos) Koster que como él no trabajaba en Resistencia yo lo atendía técnicamente acá. Yo lo conozco por haber litigado en todo el interior. A las familias se les entregó el 50% y el otro 50% se retuvo porque nosotros teníamos regulado los honorarios que eran a cargo de ellos. Lo retuvimos para garantizar nuestros haberes. Eso se llama derecho de retención, no apropiación indebida. Porque si fuera apropiación indebida muchos de los mecánicos cuando hacen retención de los vehículos hasta que se le pague tendrían que estar todos procesados.

CDD:-Las familias dicen que usted se quedó con $350.000.

JCS:-No sé si es esa la suma. La deuda era de $500.000, más o menos, y nosotros retuvimos $250.000. Eso fue a juicio de rendición de cuentas, que está en trámite.

CDD:-Ellos les pidieron a usted que presente esa plata

JCS:-Nosotros esa plata la hemos retenido. Se va a solucionar el tema cuando se decida en la sentencia final; cuánto es lo que nos deben. Entonces si hay una diferencia se la entrega. No se olviden que no es un juicio común, duró 17 años, que fue y vino, incluso llegó hasta la Corte Suprema. El derecho de retención es el que tiene cualquier persona para garantizar que se les pague. Lo hacen los hoteleros al retener las valijas hasta que se les pague. Lo que pasa es que se desconoce esta figura.

CDD:-Usted está procesado por fraude en este hecho

JCS:-No, no se llama procesado. Estoy arrimado a una causa…

CDD:-¿Arrimado?

JCS:-Imputado. Estoy imputado en una causa por retención indebida. Eso fue a una Cámara y se produjo un problema de competencia. Ahora el STJ tiene que resolver eso y continuamos con el juicio.

CDD:- ¿Qué cree que se va a ventilar ahí?

JCS:-Lo que pasa que el fiscal ya anticipó que tiene que existir previamente un perjuicio y hasta que no termine el juicio de rendición de cuentas no se puede sustanciar el juicio. La gente dice “se quedó con plata de una indemnización” porque no conocen el derecho de retención.

CDD: -¿Por qué no tiene bienes a su nombre?

JCS:- Tengo bienes. Una propiedad.

CDD:-Las familias que lo denunciaron por estafa no encontraron bienes a su nombre sino a nombre de sus hijos, por lo que no le pueden embargar inmuebles a usted.

JCS:-¿Y cuál es el problema? Tengo honorarios en 200 causas. Lo que pasa es que ellos se excedieron, nada más. Tendrían que haber embargado sólo el 20% y listo. Y ya tenían asegurado -supuestamente si tenían que recuperar algo- lo que querían. Y el exceso partió justamente de la doctora Lotero de Volman que me embargó la totalidad.

CDD:-¿Durante el proceso de este caso donó a sus hijos sus bienes?

JCS:-No, hace muchos años. Antes de esto. Les digo por qué: yo sufría del corazón. Eran tantas las frecuencias de la arritmia cardíaca que mensualmente llegaba a 200 pulsaciones. Era tanta la frecuencia que el médico me dijo que había que darle una solución porque en cualquier momento, en el camino al sanatorio, te quedás.

CDD:-¿Hace cuanto le dijeron eso?

JCS:-Hace como 20 años.

CDD:-Aguantó bastante bien.

JCS:- Si, pero después con el tiempo estuve 10 años así y después fue cada vez peor. Antes era 3 meses, después cada mes y a lo último cada 15 días. De terror. Entonces me fui a Buenos Aires, al Instituto Favaloro y me operaron del corazón.

CDD: -¿Qué le hicieron?

JCS:-Se llama “eliminar los ases” porque la sangre circulaba por tres canales distintos y tenía que circular por uno sólo. Entonces me quemaron las dos entradas incluso me dijeron que no iba a tener más. Hace 10 años que no tengo arritmia. Y bueno, previendo lo que me iba a pasar dije en cualquier momento me hacen la sucesión. Entonces, si lo podía hacer en vida y evitar gastos, por qué no hacerlo ahora.

CDD:- ¿No lo hizo para evitar que le embarguen sus bienes, entonces?

JCS:-No. Es muy fácil saber de regulaciones de honorarios. Tienen más de 200 juicios en trámite. Si tanta desconfianza existe… Pero se están acercando y estamos tomando contacto con la otra parte para solucionar este tema, porque se está dilatando demasiado.

CDD:-Usted también tiene un juicio contra ellos por daños y perjuicios. ¿Por qué?

JCS:-Lo tengo porque durante tres años me mantuvieron inmovilizado todo. No podía cobrar un cheque judicial, nada. Por la decisión de Lotero de Volman. Si llegamos a un acuerdo eso no va a seguir. Si se arregla, se arregla todo.



*Publicado el 6 de octubre de 2011 en CHACODIAPORDIA.COM


jueves, 27 de junio de 2013

El intendente y su amigo el arrocero



(Las reiteradas denuncias por casos de cáncer y malformaciones en niños de Las Palmas y La Leonesa puso en la mira a las arroceras San Carlos y Cancha Larga por la aplicación indiscriminada de agrotóxicos en la zona. En esta entrevista, el intendente de La Leonesa, José Carbajal, no sólo reconoce su amistad con el dueño de las arroceras denunciadas sino que también  revela el modo en que los empresarios compran impunidad en el interior provincial).


José Carbajal es a esta altura uno de los protagonistas de la polémica respecto a la contaminación vía agrotóxicos que generan las arroceras de La Leonesa y Las Palmas. Además de ser el intendente de uno los pueblos afectados, Carbajal fue imputado por la fiscalía Federal de Resistencia por incumplir deberes de funcionario público, ya que no denunció que se estaban rociando pesticidas a menos de 1.000 metros de la población, violando así la Ley de Biocidas.

En un marco político y judicial favorable a Carbajal (el fuero federal se declaró incompetente en la causa y los diputados del PJ salieron a apoyar las plantaciones, con una foto en las arroceras mediante), el intendente tuvo un mano a mano con El Diario de la Región.

En diálogo telefónico, el jefe comunal reiteró su defensa al dueño de las arroceras San Carlos y Cancha Larga, Eduardo Meichtry, imputado también por la fiscalía federal por violar la Ley de Residuos Peligrosos. El intendente catalogó al productor arrocero de “amigo personal” y aseguró que “colabora con todos los pueblos” con dinero frescos y maquinarias.

Además ratificó que la denuncia de los vecinos y organizaciones sociales sobre el alarmante número de casos de leucemia, mal formaciones y enfermedades respiratorias que se dan en la zona a causa de los pesticidas es infundada.

- No queda muy en claro su posición con respecto a las fumigaciones con pesticidas en las arroceras y a la contaminación en La Leonesa. ¿Podría aclararla?

- Mi posición es que la cantidad de enfermos que hay no es alarmante. Nosotros tenemos 17.000 habitantes. Yo camino todos los días el barrio de mi pueblo, no es que diga que no hay ningún grado de contaminación. Lo que yo digo es que no supera la media la cantidad de enfermedades.

- ¿En qué se basa para afirmar esto?

- En el hospital Alejandro Fleming, de mi localidad, hay algunos datos de malformaciones... Nosotros estamos sabiendo constantemente la situación socio económica y de salud de la población. Lo que pedimos como intendencia en definitiva es que las autoridades competentes cumplan la Ley de Biocidas para tranquilidad nuestra. Mucho de esto es de interés político-personal. Yo soy un intendente reelecto, hace ocho años vengo trabajando y esto no puede aparecer ahora cuando las arroceras están hace 30 años.

- En relación al tema Salud, una concejal de su pueblo dijo que usted impidió que se releve al director del hospital, quien estaba acusado de esconder información de los casos de enfermedades vinculadas con la contaminación.

- No, en absoluto. Yo estuve hace unos días con la doctora (y directora de la zona sanitaria 1 interior, María) Narváez en la reunión donde se desarrolló una jornada con el sector arrocero. A mí no me consta en absoluto que haya habido relevamiento.

- ¿Qué relación tiene usted con el dueño de las arroceras San Carlos y Cancha Larga?

- Son dos arroceras. Eduardo Meichtry es dueño de San Carlos y la SRL que está integrada por varios socios y que administra Meichtry es la otra. En el medio de las dos está la del extinto Domingo Cutro que ahora la tiene su hijo Daniel. Yo tengo una relación amistosa con todos los productores en función de que fui uno de los grandes trabajadores para que las tierras del ex ingenio Las Palmas estén regularizadas.

- ¿Mechtry es su amigo, entonces?

- ¿Te cuento una sola cosa? Yo me hago cargo el 10 de diciembre de 2003. El 13 de diciembre nos inundamos y a mi casa llegó hasta la ventana el agua. Me encontré con Don Eduardo Meichtry en el banco donde me fui a retirar unos fondos que había quedado de la gestión anterior. Yo andaba arremangado y en alpargatas. No lo conocía a Eduardo. Me le arrimo y le digo: ‘Usted sabe don Eduardo Meichtry yo soy el intendente electo del pueblo, tuvimos esta desgracia y si nos puede dar una mano con este tema, porque estamos mal’. No teníamos una pala, nada. Y don Eduardo me dice: ‘Bueno, vamos a tratar de ver. Alguna mano vamos a dar’. En ese marco hicimos un cierto acercamiento porque colaboró como colabora con todos los municipios. En Vedia hasta lo hizo con el intendente Aldo Delpech, cuando los compañeros que fallecieron se habían robado la plata que venía del Estado Nacional para terminar un salón de usos múltiples y que recién lo inauguró el compañero Capitanich. Eso se hizo con fondos de Eduardo Meichtry. Colabora con todos los pueblos. En Las Palmas, siendo un gobierno radical, el pone su máquina. Es una persona realmente abierta, que vive de la producción y que no le conviene meter la gamba. Esta es la realidad.

- ¿Colabora con los municipios por una cuestión política?

- No, es su forma de ser nomás. Yo soy amigo personal de él. Y sería la primera persona en decirle: ‘Mirá Eduardo, vos estás metiendo la gamba’.

- ¿Habló con él sobre este tema?

- Si, hablamos constantemente. Él tiene su posicionamiento. Hace poco Hugo Morand, ex ministro de la Producción, salió apoyando a Meichtry. El no es de mi partido ni es amigo de Meichtry. Yo estoy comprometido en que se dilucide la verdad de una vez por toda y que nos dejen vivir tranquilos.

- No me cierra la teoría que usted plantea con respecto a una cuestión personal contra Meichtry si hasta la justicia federal investigó siete meses el tema.

- El fiscal Corregido no pudo encontrar una sola prueba.¿Qué hizo? ¿Paseó, miró? Esa es la pregunta del millón. Para mí es un improvisado.

- ¿Alguno de los arroceros de su pueblo pusieron dinero para financiar su última campaña política?
- (Muy ofuscado) No, yo no hice campaña con plata, señor. Esa es una gran equivocación de los observadores. ¿Sabe con qué hago campaña? Con trabajo de todos los días. Yo me levantó a las 6 y me acuesto a las 2. Todos los días trabajando para mi pueblo. Yo le cambié la cara a mi pueblo. Si no lo conoce me gustaría que lea un poquito la historia en función de que en 2003 en mi municipio estábamos siete meses atrasados en los sueldos. No teníamos una sola bicicleta. Hoy tenemos 15 vehículos propiedad del municipio. 40 cuadras de ripio y el hospital lo hizo el municipio. Los sueldos al día y con aumentos del 300%. No me reeligieron porque soy amigo de los arroceros o porque me gusta el arroz. Y no le debemos un solo mango a nadie.

*Publicado en abril de 2010 en El Diario de la Región


Los 98 del Batallón 601 en el Chaco






Fueron 98 los agentes civiles que reportaron desde el Chaco al temible Batallón 601 de Inteligencia durante la última dictadura militar. El dato se desprende de la nómina desclasificada este año por el Ejército a solicitud del juez Federal porteño, Ariel Lijo, quien pidió conocer todos los nombres del personal que integró dicha dependencia militar, responsable de la desaparición, tortura y muerte de miles de ciudadanos.

A 27 años del fin de la última dictadura, el Chaco inició un camino sin retorno hacia la verdad. La realización de los juicios orales por la Causa Caballero y la Masacre de Margarita Belén son claros ejemplos de ello. Ahora, con la publicación de casi un centenar de agentes de inteligencia del Ejército que trabajaron en la provincia entre 1976 y 1983, se aporta tan sólo una pieza más a este rompecabezas que durante mucho tiempo estuvo cubierto por un gran manto de oscuridad.

Esta historia arrancó en el verano de este año. El 18 febrero, la revista Veintitrés dio a conocer la lista de más de 4.300 agentes civiles de inteligencia que reportaron para el Batallón 601 en la dictadura, un documento histórico que tuvo fuertes repercusiones en varias provincias. Sin embargo, en el Chaco pasó casi desapercibido, básicamente por dos razones. Una, tiene que ver con el escaso número de lectores que tuvo esa edición. Esta aseveración no hace referencia a un supuesto fracaso en las ventas –de hecho la revista se vendió como nunca-, sino que hubo un hombre que compró en Resistencia gran parte de la tirada que había llegado a la capital chaqueña con la clara idea de que nadie más pudiera conocer la información.

Con el rumor de que había un “comprador compulsivo”, algunos pocos revisteros antepusieron el derecho social a la información al mero beneficio económico que le representaba vender toda la edición de un tirón. “Decidimos esconder todas las Veintitrés que teníamos e ir vendiéndolas de a una. Al que preguntaba le decíamos que nos quedaba sólo un ejemplar”, confió a este medio la dueña de un kiosco céntrico.

El otro motivo tiene que ver con una omisión errónea que hizo la propia revista en el listado. En donde decía “Nómina del personal civil de inteligencia que revistó en el Destacamento 124 entre 1976 y 1983”, debería haber dicho: “Nómina del personal civil de inteligencia que revistó en el Destacamento 124 ‘Resistencia’ entre 1976 y 1983”. Faltaba sólo la ubicación de esa dependencia castrense. Esta falta fue detectada por CHACO DIA POR DIA al verificar los nombres y números de documentos con los que aparecen en el padrón electoral chaqueño del año pasado.

Así, este portal pudo confirmar que en aquel grupo de 4.300 agentes civiles había 98 que trabajaron para el Destacamento 124 de Inteligencia, con asiento en la capital chaqueña, el cual dependía del 601. La mayoría de ellos (los que están con vida, al menos) tiene poco más de 55 años y casi todos tienen domicilio en Resistencia. Algunos pudieron barrer bajo la alfombra su pasado y en democracia continuaron desempeñándose como profesores universitarios o folcloristas, entre otras actividades. Siempre con bajo perfil.

De todos modos, vale aclarar que la inclusión en la nómina del 601 no implica que los mencionados estén siendo investigados por la Justicia y mucho menos acusados de haber cometido crímenes de lesa humanidad. Pero todos fueron parte de la sección de Inteligencia de una de las fuerzas que gobernó el país en la dictadura. Y, dado el caso, sus testimonios podrían ser un importante aporte a las investigaciones por los delitos cometidos durante los años de plomo.

Entre los que sí se comprobó que participaron directamente en la maquinaria del terror, se encuentra Alberto Horacio Valussi, fallecido impune en agosto de 2009, a los 68 años. Valussi, que en el listado del Batallón 601 tiene el inofensivo rol de “dactilógrafo”, está acusado de participar en sesiones de tortura, como las que sufrió el ex detenido político, Hugo Barúa.

Además está sindicado como uno de los que participó del secuestro en Posadas de Fernando Piérola, uno de los fusilados en la Masacre de Margarita Belén. Mientras reportaba para al Ejército, Valussi se mostraba a la sociedad como un simple profesor de historia que dictaba clases en el colegio Don Bosco y en la Universidad Nacional del Nordeste. El propio Barúa, ironías del destino, fue alumno de Valussi y lo reconoció mientras lo torturaba.

EL 601
El listado del Batallón 601, que lleva la firma del actual jefe de Inteligencia del Ejército, César Milani, fue entregado al juez Lijo por Ramón Torres Molina, titular del Archivo de la Memoria. Anteriormente, Torres obtuvo la nómina gracias al decreto 4/2010 firmado por la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner que desclasificó esa información a comienzos de este año.

La nómina total incluye los nombres de 1.599 personas que se desempeñaron como agentes civiles de inteligencia en el Batallón 601 y 2.353 que cumplieron tareas en distintos destacamentos y secciones en diferentes lugares del país. El documento se complementa con una lista de 345 militares. Se estima que sólo el 10% eran agentes con identidad cambiada.

Bajo la dictadura -y también desde tiempos previos- el Batallón 601 se especializaba en hacer inteligencia sobre todos aquellos grupos y personas consideradas subversivas, utilizando tácticas de infiltración, seguimientos, secuestros, torturas y desaparición final de sus cuerpos. Dependía de la jefatura II de la comandancia del Ejército y tenía destacamentos en todas las unidades que le reportaban directamente.

El Destacamento de Inteligencia 124 de Resistencia era una de esas dependencias castrenses. Con su base de operaciones por calle Brown al 100, el mismo tuvo varios jefes en su accionar durante la última dictadura: Armando Hornos (desde el 17 de noviembre de 1975); Herminio Quiroz (desde el 26 de noviembre de 1976); Roberto Martínez (desde el 27 de octubre de 1977); Ítalo César Pasquini (desde el 31 de octubre de 1979) y Dardo Herrera (desde el 30 de septiembre de 1981).

Con la difusión del listado del 601, se confirma que la concreción de aquellos hechos contó con el aporte de Personal Civil de Inteligencia (PCI) reclutado para infiltrarse en sindicatos, universidades, organizaciones políticas y sociales con el fin de recabar información para luego transmitirla a los grupos de tareas. Según explican los periodistas Adrián Murano y Franco Mizrahi, en Veintitrés, en la jerga del espionaje castrense, a esos informantes se los denominaba “Agentes de Reunión” y “Agentes de Producción”. En el organismo revistaban en todo el país unas 800 personas con esa especialidad. En el Chaco eran 19.

Luego estaban los “Analistas” –o “Agentes de Apoyo y Procesamiento”- encargados de clasificar los informes. Eran 475, repartidos en distintas especialidades: agentes, asesores generales, asesores informáticos y asesores universitarios. Estos últimos eran, en su mayoría, docentes que monitoreaban los contenidos académicos para detectar presuntos mensajes subversivos camuflados en bibliografías sugeridas y planes de estudio. Eran consultados, además, sobre las distintas actividades estudiantiles que se desarrollaban en las universidades.

Los que podían ser utilizados en los operativos recibían la clasificación de Agentes de Seguridad. Era el grupo más nutrido de la nómina: 930, en todo el país, mientras que en el Chaco eran ocho. La lista aportada por el Archivo de la Memoria incluye a mozos, ordenanzas, mecánicos, dibujantes, fotógrafos, radioescuchas, contadores y operadores de sistemas. También a espías y torturadores.

El Batallón 601 quedaba en familia: reclutaba a los informantes civiles entre los familiares del personal militar o avalados por otros agentes. Y varios de ellos incluso siguieron formando parte de la estructura de inteligencia del Ejército aún en democracia.

LA LISTA
A continuación se detalla la nómina del personal civil que trabajó para el Destacamento de Inteligencia 124, con asiento en Resistencia, entre los años 1976 y 1983. Todos tienen junto a su nombre el rol que, en teoría, desempeñaban dentro del Destacamento (Valussi es un claro ejemplo de que las tareas de los empleados no quedaban acotadas sólo al rol que aparece en la nómina):

Abuin, Raúl Ernesto. Según el listado del 601, su tarea era de radio operador.

Acevedo, Casimiro. De acuerdo a la nómina de inteligencia, era radioescucha.

Acevedo, Nicasio. Auxiliar de Personal.

Acosta, Ignacio. Mecánico.

Aguirre Guarranochea, J. F. Agente Secreto.

Alegre, Víctor Gregorio. Radioescucha.

Alegre, Pedro Alfredo. Dactilógrafo.

Amione, Ángel Miguel. Auxiliar de Contaduría

Arriola, Presentado Ramón. Dactilógrafo

Báez, Carlos Alberto. Agente de Reunión.

Balmaceda, Luciano. Radio operador.

Barros, Miguel Ángel. Agente de Seguridad.

Bauso, Miguel Ángel. Agente de Reunión

Benítez Espinosa, Pablo. Auxiliar de Logística.

Borchichi, María Angélica. Programador.

Bordón, Rufino Irrito. Mantenimiento.

Campuzano, Juan Carlos. Dactilógrafo.

Candia Vera, Ceferino. Radio operador.

Cano, Fernando Enrique. Agente de Reunión.

Canteros, Julio César. Agente de Reunión.

Canteros, Pedro Omar. Agente de Reunión.

Casamayor, Raúl Eduardo. Radioescucha.

Casullo, René Enrique. Agente de Seguridad.

Cerquand, Carlos Antonio. Dactilógrafo.

Ciliberto, Gustavo. Radio operador.

Cleva, César Antonio. Auxiliar de Contaduría.

Coronel, Alfonso. Dactilógrafo.

Cortéz, Jorge Roberto. Perfograboverificador Servicio de Computación de Datos.

Curuchet, Reinaldo. Radio operador.

De Biasio, Horacio. Agente de Reunión.

De Langhe, Enrique Rubens. Operador Servicio de Computación de Datos.

Delfino, Luis Enrique. Dactilógrafo.

Delturco, Durán. Radio operador.

Demonte, Cosme Ignacio. Agente de reunión.

Dib, Luis Alberto. Agente de Reunión.

Diloff, Nicolás Agustín. Peón.

Edl, Otto. Fotógrafo.

Encina, Raúl. Mozo.

Enríquez, Guillermo Ángel. Dactilógrafo.

Escobar, Ramón Alfredo. Radio operador.

Fernández, Rodolfo. Auxiliar de inteligencia.

Galíndez, Lucila Estela. Operador Servicio de Computación de Datos.

Giordano, Álvaro Oscar. Operador Servicio de Computación de Datos.

Giovannini, Mirtha Eve. Analista Servicio de Computación de Datos.

Gómez, Pablo Albino. Agente de reunión.

Gómez, Rubén Gerardo. Agente de reunión.

González Servin, Livio. Auxiliar de personal.

González, Demetrio. Dactilógrafo.

Izquierdo, Juan Carlos. Agente de reunión.

Juárez, Alfonso. Radio operador.

Lancelotti, Roberto Daniel. Auxiliar de archivo.

Lanzi, Hugo Omar. Dactilógrafo.

Lardone, Ricardo. Agente de Reunión.

Lavera, Francisco Alberto. Agente de reunión.

López, Laureano Ramón. Asesor universitario.

Maciel, Laureano. Radio operador.

Maestropiedra, Ernesto. Agente de censura.

Maidana, Federico Jorge. Agente de Reunión.

Maidana, Héctor Osvaldo. Auxiliar de Archivo.

Mamczur, José Bladimiro. Dibujante.

Medina, Ignacio Eduardo. Radio operador.

Melgarejo, Juan Ramón. Radio operador.

Mendoza, José Emilio. Dactilógrafo.

Monfardini, Victor Manuel. Conductor.

Montagner, Héctor Armando. Auxiliar de Archivo.

Morales, Ernesto Medaro. Dactilógrafo.

Nieto, Carlos Rubén. Programador Servicio de Computación de Datos.

Nocetti, Mario Héctor. Dactilógrafo.

Núñez, Crispin. Agente de Reunión.

Olivar, Edgardo Santiago. Dactilógrafo.

Pereyra, Ricardo. Perfograboverifiador.

Ormaechea, Alberto Jorge. Agente de reunión.

Pfluger, Miguel Ángel. Operador Servicio de Computación de Datos.

Pérez, Juan. Agente de Seguridad.

Ramírez, Carlos Horacio. Agente de Seguridad.

Ramirez, Felix Jorge. Dactilógrafo.

Rivas, Oscar. Asesor Universitario.

Robles, Juan Alberto. Agente de Seguridad.

Rodas, Sergio Oscar Félix. Agente de Seguridad.

Rodríguez, Carlos. Dactilógrafo.

Ruiz Díaz, Oscar Alcides. Dactilógrafo.

Salinas, José Claudio. Analista Servicio de Computación de Datos.

Salinas, Néstor Francisco. Auxiliar de Inteligencia.

Sánchez, Antonio. Mantenimiento.

Sánchez, Antonio Carlos. Radio operador.

Sánchez, Heriberto Hipólito. Radio escucha.

Seguridadovia, Víctor. Agente de Reunión.

Sejas, José Luis. Dactilógrafo.

Suárez, Máximo. Dactilógrafo.

Tesoriere, José Roberto. Agente de Seguridad.

Tuso, Eduardo Roque. Agente de Reunión.

Ubaldón, Eloi Miguel. Agente de Seguridad.

Valussi, Alberto Horacio. Dactilógrafo.

Vera, Julio César. Agente de Reunión.

Verón, Aldo Carlos. Dactilógrafo.

Vescovi, Hugo Eugenio. Perfograboverificador.

Yfran, Ricardo. Dactilógrafo.

Zarate, Rodolfo Alejandro. Radioescucha.



*Publicado en junio de 2010 en CHACODIAPORDIA.COM

De paseo por el cementerio



Los martillazos de Ocampo rompen el silencio en el cementerio San Francisco Solano. A cuatro metros de altura, sobre la plataforma de una gran escalera metálica, destruye con decisión la pequeña pared que divide a Gabriel Leguizamón del mundo de los vivos.  Hoy, su descanso eterno en el nicho 954 se va a interrumpir, al menos por unas horas.

Estamos a la mitad de un interminable pasillo, rodeados por cientos de sepulturas distribuidas en muros de unos siete metros de alto. Algunas tienen fotos, otras sólo revoque y un número.

Desde el suelo, atentos, miran Billordo y Don Maldonado, quienes en breve ayudarán a Ocampo a bajar el ataúd. Este último tiene la cara redonda, vientre abultado y sus anchos brazos ahora están llenos de polvo. Con cada mazazo se desprenden los ladrillos que luego arroja a una carretilla que está sobre el piso, provocando un ruido estruendoso.

Ya con el paso libre, Ocampo y Maldonado retiran el féretro donde desde hace más de 27 años yace Leguizamón. Su hermano, a diez metros de distancia, mira atento. Es alto, de anteojos grandes y ojos hinchados. Está mal: su mamá falleció en Rosario hace pocas horas. Sus restos vienen en camino.  

Billordo sostiene desde el suelo el pesado féretro que con dificultad pasan desde arriba sus compañeros. El cajón luce bastante deteriorado: La madera no da más. Cuando están a punto de dejarlo en el piso, cae un pedazo del lado posterior del cajón.  Sólo eso.

Con facilidad, Billordo hace un hueco con sus manos en la ahora blanda tapa del ataúd, justo en donde deberían estar las piernas del muerto. Se percibe poco. Sólo se alcanza a ver una tela blanca amarronada, y, al parecer, algunos huesos también color marrón. Billordo inclina su cuerpo hacia la derecha analizando el féretro. Luego levanta la mirada hacia el hermano del finado.

-Está en condiciones- le grita.

En pocos minutos los huesos de Leguizamón pasarán a una pequeña urna para que en el nicho donde yace se haga espacio para que su mamá lo comparta con él. Así, estarán juntos de nuevo, en el pequeño cubículo ubicado en la cuarta fila, letra “H”. La eternidad los espera.

Exhumaciones como esta se dan a diario en el colapsado cementerio municipal de Resistencia. “Fallecido que ingresa es porque sí o sí hay que sacar otro”, dice la directora, Mónica Fransac. Como medida provisoria, el municipio decidió hace un tiempo ganar espacio a través del procedimiento denominado “reducción de los restos”, que consiste en retirar lo que queda del muerto -previa autorización de los familiares- y colocarlo en una pequeña caja de madera, que luego se ubicará junto a la tumba de algún pariente.

La intención es también subsanar, en alguna medida, la idea poco iluminada que había puesto en práctica el anterior director, Vicente Sosa, quién al ver que el cementerio estaba apretado como colectivo en hora pico resolvió enterrar a los que nuevos ocupantes en los pasillos del predio. Aparentemente la imagen de gente pisoteando las tumbas no le parecía nada ofensiva.  Y eso no fue todo: cuando las tumbas se vieron cubiertas de yuyos producto de la falta de mantenimiento, Sosa le echó la culpa a la Madre Naturaleza. “Lo que pasa es que son tierras muy fértiles”, dijo en su momento. Poco tiempo después lo echaron del cargo.

Es insólito pero hoy por hoy nadie tiene la más pálida idea de cuántas personas hay enterradas aquí. El único indicio sobre la cantidad de fallecidos que descansan en las nueve hectáreas del predio municipal son las boletas que abonan anualmente los familiares de los difuntos. En la actualidad son 15.000, aunque el número es tramposo. Antes de 1992, la política del directorio era quemar toda la documentación que estaban asentada en los libros, tan solo para ganar espacio en las estanterías de la administración.

En la Argentina, mueren 800 personas al día: 33 por hora, una cada 2 minutos. En el Solano, a poco más de dos semanas de iniciado el 2008, ya son 48 los muertos que ingresaron. Para como está el lugar, el promedio es demasiado alto. Sin embargo, el número es bajo en comparación a los ingresos que se registran todos los años, ya que la media es de seis por día.


NO SOMOS  
NADIE 

Cuando me acerqué a hablar con los inhumadores, no les gustó la idea de salir en un periódico. Miraban a lo lejos y hacían chistes entre ellos: No querían saber nada. Pero don Billordo, después de un rato de verme parado intentando charlar con alguno de ellos, y quizás con cierta lástima, accede a la entrevista.

-Yo le voy a dar la gran nota, después léanla en el diario- les dice.

Sus colegas largan la risotada.

Trabaja cavando tumbas y trasladando huesos desde hace más de 20 años. Tiene 40, nariz importante, la piel curtida por el sol, pulseras rojas en ambas muñecas, el gesto adusto. En vos baja, como confesándose, me cuenta que después tanto tiempo es casi imposible que algo lo conmueva. Ni siquiera cuando le dan la tarea de enterrar a los pequeños ataúdes blancos donde llegan las recién nacidos, el momento en que todo pierde su significado.

El trabajo le viene de familia. Su papá fue inhumador durante 31 años. Hoy está jubilado viviendo en un lugar tan silencioso como el cementerio: El campo. Cuando tenía 11, Billordo vendía agua en el Solano mientras su padre enterraba ataúdes. Allí aprendió los gajes del oficio.

“Ayer saqué un resto, el padre de un amigo mío. Yo lo conocía a ese hombre. Era malo, malo, malo. Era diariero. Lo saqué y pensé: ‘Era tan malo este hombre y ahora fijate lo que es, nada’”, dice Billordo.

Aunque compare su trabajo como el de cualquier oficinista, hubo una vez, una única vez, que realmente sintió el absurdo de la muerte. Tiempo atrás conoció a un indigente que tiritaba de frío en plena vereda. Se acercó a él, y le ofreció dormir en su auto. Un día, el inhumador abrió su auto y vio que el hombre no podía levantarse. Billordo se asustó y lo primero que hizo fue llevarlo al Hospital Perrando para saber que le pasaba. Ese día el hígado del muchacho dijo basta: Murió de cirrosis. Después, cuando trajeron su féretro, tomó la pala con un nudo en el estómago y cavó el pozo donde descansa hoy el hombre. “Eso me afectó mucho”, recuerda.  

El cementerio tiene sus mitos. Voces de noche, ruidos extraños, esas cosas. Los empleados del lugar se ríen cada vez que preguntan sobre eso. Billordo luego de unos segundos, recuerda que algo raro le pasó tiempo atrás. En un mediodía caluroso como hoy, pero hace un par de años, recibió la orden de su jefe de ir a los nichos donde están los bebés, para determinar cuántos lugares había disponibles. “Cuando llego me pongo a anotar: 59, 60, 61,74, y así, los números vacíos. Y siento que llora un bebé. Me di vuelta, y no había nadie. Después le dije al chiquito que no me asuste más, que me pida lo que necesita. Después de ahí, nunca más me molestó”, relata.

El Solano es el fetiche preferido para los que aman la magia negra. Día a día, se encuentran todo tipo de indicios de que alguien espera que a otros les vaya muy mal. Cabezas de gallos, cigarros, pororó, fotos con nombres, manteles rojos con algunos cristales y muñequitos vudú con listones alrededor de su cuerpo, entre otros perturbadores souvenirs. Hace poco, los empleados del cementerio hicieron un curioso hallazgo: Encontraron cintas con nombres de algunos contadores del Tribunal de Cuentas –uno de los organismos de control estatal- colocadas dentro de un frasquito. Los auditores se enteraron aquí de la truculenta revelación.


MUERTOS RICOS/ 
MUERTOS POBRES 

Veinticuatro horas antes de la exhumación de Leguizamón, Billordo me mostró parte de las crudas escenas que ve durante 270 días al año. En ese momento estaban trasladando lo vestigios de lo que fue una quinceañera que murió tres días después de su soñada fiesta de cumpleaños. En el pozo se distinguen algunas telas blancas cubiertas de fango por sobre el fondo del cajón. Es el vestido de su fiesta, me cuenta Billordo. La imagen es por demás triste.

-¿Se nota mucho la diferencia entre muertos ricos y muertos pobres?- le pregunto al enterrador.

- Sí, se nota. Uno rico no va a venir a tierra. Es raro que venga a tierra. Siempre va a un panteón grande, un panteón familiar y, cuando viene, trae dos portacoronas, con unas 40 o 50 coronas.

- ¿Y el pobre?

- El muerto pobre puede tener una corona y una palmita. Más de tres o cuatro coronas no tiene. Y después, a la tierra.

Al igual que en el mundo de los vivos, la concentración de los terrenos se repite con las construcciones de los muertos. Calculo rápido: En tan sólo un panteón se podrían colocar entre seis u ocho nichos. Recorro algunos metros y contabilizo obras de hasta 60 m2,  similares a un pequeño monoambiente.

Si bien actualmente no se admiten más realizar este tipo de emprendimientos, en general, el valor de la parcela, dependiendo de la ubicación y del espacio requerido, oscila en 500 pesos, el terreno pelado. Las construcciones luego se erigen con mármoles finísimos y puertas de vidrio tipo consultorio odontológico, en algunos casos. En el fondo, vitrales con la efigie de Cristo o de María bendiciendo eternamente a los que hacen su último viaje, directo a los pies de Dios.  Ahora, en un panteón hay un pedazo de cartón escrito a mano que asegura que el lugar está en venta. El dueño pide 30.000 pesos, me cuentan. Lo anoto.

Ingresar al Solano cuesta. Son 100 pesos, sólo para ingresar. Luego se paga una cuota anual, que oscila entre los 20 y 40 pesos, dependiendo de donde está alojado el difunto. En el caso de que haya sido trasladado a un nicho mural, donde los restos ya son alojados definitivamente, el costo desciende a 8 pesos por año.

-¿Qué pasa con los que no tienen dinero para pagar?- le pregunto a la directora, Mónica Fransac, quién desde 2003 conduce los destinos del predio.

Toma aire y luego explica:

-Si no tiene solvencia económica, está la posibilidad de que, siempre y cuando vaya a cajón común a tierra, el contribuyente tenga gratis cuatro años, después de eso se le pueden hacer cuotas muy económicas de tres o cuatro pesos anuales, algo más que accesible.

En el suelo, donde los pobres tienen su último refugio obligado, el agua suele complicar las cosas. En épocas de lluvia el cementerio se transforma en una pileta de natación. Varias veces, los directivos del lugar tuvieron que explicarles a los parientes del finado que el ataúd será enterrado bajo agua, porque no hay demasiado tiempo para retenerlo en el depósito. La naturaleza trabaja rápido: Para cuando los cuerpos llegan aquí los procesos de autólisis -que es la ruptura de tejidos por los propios compuestos químicos internos del cuerpo - y de putrefacción, ya se iniciaron.

También hay celebridades en el Solano: Zito Segovia yace en un panteón distinto a todos los demás. Moderno, abierto. No se ve mal: la pintura blanca está bastante uniforme, y hay pocos yuyos a su alrededor. Junto a la sepultura del cantante hay un cofre de vidrio con un librito en su interior. Justo al lado, una pared blanca de cuatro metros de alto con una ventana de 30 por 20 centímetros que da hacia las tumbas que yacen en la tierra.

El histórico dirigente justicialista Deolindo Felipe Bittel, que fuera visitado por Eduardo Duhalde antes de asumir la Presidencia, también descasa aquí. Su panteón es robusto, de un mármol oscuro imponente. Billordo dice que estas sepulturas –la del folclorista y la del político del PJ - están muy abandonadas. A mi no me parecen tan descuidadas, pero no voy a discutirle.


EL FINAL 

Billordo empuja la carretilla con escombros hacia el centro del cementerio, para luego arrojarlos a un costado del camino. A veinte metros, que ahora son dieciséis, que ahora son doce, se distinguen a un grupo de seis personas, algunas lloran. Billordo se acerca al depósito donde acaba de llegar un nuevo difunto. Lo alza con ayuda de Ocampo, quién luego lo transporta en una estructura de metal con dos ruedas a los costados.

El fallecido es un adolescente. Su apellido, Maciel. Quienes conforman el pequeño contingente, se dirigen hacia uno de los pasillos en donde se encuentran los nichos. No tienen consuelo.

Pienso en seguirlos para continuar la crónica. Camino algunos pasos, recordando la vez que estuve aquí despidiendo a uno de los mejores amigos de mi familia. El olor a flores viejas y a humedad.  La sensación de estar caminando hacia la nada. El nudo en la garganta.

Lo pienso de nuevo.

Creo que la nota termina acá. 




*Publicado el 20 de enero de 2008 en elDiario de la Región